Sin banderas

Hoy, en Scwuimac!, nos hemos levantado con el corazón cenizoso.

El Noroeste arde y todavía algunos se atreven a mirar hacia el Noreste… sin entender que nunca podrán ver a una Cataluña, independiente, o no, si antes mueren quemados.

La regla número 1 por la que se rige la Dirección de Proyectos es la prioridad que hay que darle a lo fundamental. Deseamos una buena política forestal desinteresada, anónima y justa, tan justa como que la tierra no es de nadie. Si no actuamos en lo fundamental y no ponemos el foco de atención en lo importante, la lejana desertización la veremos con nuestros propios ojos.

Nos emociona ver la solidaridad de los vecinos con su tierra. Como podemos ver en la ilustración de Lucía Be, en la noche del lunes, a algún vecino con la voz cantante le tocó improvisadamente ponerse el traje de Director de Proyecto, organizar los recursos disponibles y lograr construir un verdadero E Q U I P O para apagar el problema. Toda nuestra admiración para todos ellos. Nosotros no lo habríamos hecho mejor.

Uno de los problemas de la magnitud de este desastre, aún provocado por terroristas, es la grave sequía que afecta a España, directamente relacionada con el cambio climático, otra prioridad que los que mueven los hilos deben de tener en cuenta. Os queremos dejar unas palabras de Javier Ruiz Taboada, ‘El tiempo al tiempo’ que define perfectamente la locura estacional que vivimos este Octubre, menos gris que siempre:

‘El tiempo es eso que pasa con nosotros.

La meteorología es eso que pasa de nosotros.

Prueba de ello es que este otoño está pasando de largo, y de ancho.

Está siendo una estación sin trenes, soterrada, vacía…

Ni Penélope se ha querido sentar en su banco del arcén.

Sin precipitaciones, salvo las que la política nos brinda.

Pero todo apunta a que la cosa va a empezar a cambiar:

Se anuncian lluvias a partir del martes, a buenas horas, aunque bienvenidas sean.

También dicen las buenas lenguas que el frío ha salido de cuentas, y está a punto de romper nieves.

Asistiremos al parto de los nortes y al de las calefacciones,  que dejarán de estar en huelga de cielo y empezarán a contribuir a la causa de la contaminación.

Parece que, al final, el Papá Noel de trapo que trepa por los balcones cada Navidad, no vendrá ni moreno, ni en triquini. Ni va a hacer falta abrir las piscinas.

Pero no se fíen, la meteorología es una ciencia exhausta y, en cualquier momento, puede dar un disgusto.

 Y hasta aquí puedo preveer.’

Ojalá los incendios fueran de nieve…